"Confesiones y Guías", en la mesa de novedades de Tipos Infames |
"La confesión comienza siempre con una huida de sí mismo. Parte de una desesperación. Su supuesto es como el de toda salida, una esperanza y una desesperación; la desesperación es de lo que se es, la esperanza es de que algo que todavía no se tiene aparezca."
¿En qué nos hemos equivocado? ¿Qué desvíos condujeron a una guerra incivil entre españoles y a una Europa que agoniza? ¿Qué hemos olvidado o ha quedado casi sepultado bajo el progreso científico y técnico? Estas son las preguntas que una angustiada María Zambrano se siente instada a esclarecer en los primeros años de su forzado exilio en México, Cuba y Puerto Rico. Una indagación que se enraíza en el centro de sus preocupaciones filosóficas, que enlaza con sus primeros trabajos sobre un saber sobre el alma y que proseguirá a lo largo de su dilatada trayectoria en búsqueda de una razón mediadora y poética.
Bajo el rótulo de Confesiones y Guías se recogen diversos textos de la pensadora malagueña, alguno inédito, otros no fácilmente accesibles en la actualidad, y todos ellos presididos por un mismo objetivo: reivindicar otros géneros literarios en los que el pensar no hace abstracción del sujeto que piensa, caminos que han dejado de transitarse pero que encierran un privilegiado modo de iluminar la relación del hombre con su verdad, no objetivada ni pretendidamente universal. En fin géneros literarios y métodos del saber de la experiencia de la vida.
Confesiones, como las de San Agustín o Rousseau, Guías, como las de Maimónides o Molinos, en las que Zambrano vislumbra más que el testimonio de un pasado, la necesidad de su recuperación para poder afrontar la crisis espiritual en la que se encuentra sumido el hombre contemporáneo.
La autora
María Zambrano (1904-1991) es, sin duda, la pensadora española de mayor relevancia. Discípula heterodoxa de Ortega y Gasset, indagó incansablemente en la búsqueda de una razón poética como camino de desvelación de la verdad que se esconde en las entrañas del ser humano. Tras un exilio que se prolongó durante más de cuarenta años en diversos países de América y de Europa, regresó a España en 1984 donde obtuvo un reconocimiento tardío: Premio Príncipe de Asturias en 1981 y Premio Cervantes en 1988. Si en su juventud había compartido ideas e ilusiones, entre otros muchos, con Miguel Hernández, Rafael Alberti y Luis Cernuda, en su madurez, su persona se mereció el aprecio y su obra la más alta valoración de filósofos como Camus, Cioran o Aranguren, y de poetas como Lezama Lima, Valente o Gil de Biezma. El legado de María Zambrano, con sus manuscritos y extensa correspondencia, se conserva en la Fundación que lleva su nombre en Vélez-Málaga, su ciudad natal y donde está enterrada.
El editor
Pedro Chacón (1948). Su infancia estuvo impregnada de la luz del Mediterráneo y su adolescencia del sol y el mar de Andalucía. Pero toda su trayectoria profesional como universitario se ha desarrollado en Madrid desde el ya lejano 1968 en que, según declaración de un testigo, recorría aulas y pasillos en busca de una reconciliación imposible. Todavía lo sigue intentando. Sus inquietudes personales e intelectuales siempre se han resistido a encerrarse en un marco de especialista aunque, durante largos años, su labor docente e investigadora haya girado en torno a la reflexión del pensamiento contemporáneo sobre la mente humana publicando Bergson o el tiempo del espíritu, Filosofía de la Psicología y Pensando la mente. Ha escrito artículos sobre diversos autores, desde Kant a Searle, y sobre diversos temas, desde la metáfora computacional a la noción de inconsciente. Su interés por María Zambrano le ha llevado recientemente a analizar la trayectoria biográfica e intelectual de la autora de Delirio y Destino, y la relación de su pensamiento con las creaciones artísticas. Amante del senderismo y de conversar, en la actualidad es catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid.
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