El diestro placentino habló largo y tendido sobre su carrera profesional y su etapa de "proscrito", alejado de los ruedos por la indiferencia de las empresas, así como de su capacidad de lucha y de superación y de su fe en sí mismo para "buscar el éxito y procurar merecerlo".
Juan Mora recordó la tarde del 2 de octubre de 2010 en Las Ventas, cuando salió por la puerta grande después de cortar las dos orejas al toro "Retaco", de la ganadería de Torrealta, y también revivió los sentimientos encontrados que se acumularon la tarde del cierre de la Monumental en Barcelona: "Algo me decía que no iba a ser la última vez que hubiera toros en ese ruedo", confesó.
El maestro afincado en Madrid dio una auténtica lección de torería ante la vida y afirmó que, en tiempos convulsos, nada mejor que "salir cada día de casa con el traje de humildad", trabajar y creer en uno mismo para salir adelante.
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